El verano ysus frutos |
Y llegó el verano, se acaban las
clases, se acaban los exámenes...y es tiempo de "descansar", de
disfrutar, pero también es tiempo de “recolectar lo sembrado”, de interiorizar
lo aprendido, de reflexionar sobre tus avances y progresos personales, sobre
las competencias adquiridas, sobre estrategias para seguir mejorando. Bueno, y
para algunos, de prepararse para los exámenes de septiembre (ya que aún tenemos
esa oportunidad).
Hemos adquirido muchas
competencias durante el curso, pero algunas las destacaría sobre otras, tanto
por haber estado presentes en la mayoría de asignaturas como por la resonancia
que han tenido en mí. Entre ellas, a la hora del trabajo en equipo, el diálogo
como herramienta para la solución de problemas: inconscientemente sabes que es la forma más
sencilla, diálogo claro, directo, con respeto, aunque no siempre sea lo que se
emplee, a veces se espera que los problemas se solucionen solos, pero entonces
pueden incluso complicarse aún más. Gracias a las experiencias "conflictivas" que hemos
tenido este año, he llegado a la siguiente conclusión: para solucionar desacuerdos, el
diálogo; hablando se entiende la gente. Y que conste que lo he aprendido a base
de errores (ensayo-error). Claro está, cada uno debe asumir su parte de
culpa. El otro día leía un blog de un profesor de trompeta y explicaba algo relacionado; Jeff Smiley en su página lo explica así:
Viene a decir que el ego intenta
librarse de la culpa argumentando un problema como algo que pasa, que es normal, en vez de
asumir su parte de responsabilidad y evitando así buscar las posibles
soluciones.
Ah!, y uno de los hándicaps del
diálogo es el hecho de ver quién lo inicia. Muchas veces pasa algo parecido con
el saludo, cuando por ejemplo oyes que te dicen: “yo no le saludo porque a mí no me saluda…” pero,
¿y si la otra persona piensa lo mismo? ¿Quién va a dar el primer paso? ¿Somos
capaces de reconocer nuestros errores? ¿Somos capaces de superar el orgullo y
la soberbia?
Trabajar en grupo significa
pensar en los demás, hay que aprender a ser tolerantes, pero tolerancia no
significa permisividad. Se trata de trabajar todos unidos para llegar a un fin
común, a una meta común, respetando a los compañeros. Eso significa que también
se te tiene que respetar. Al tratarse de un grupo formado por más personas, es
normal que haya disparidad de opiniones. De hecho, uno de los retos es llegar a
un consenso, a un acuerdo, hay que ceder en ciertos puntos, hay que negociarlos
buscando el mayor bien común y todo eso sólo se consigue a través del diálogo,
de la empatía.
"Cuïr", tiempo de recolecta |
Y entre tanta reflexión, otro
punto sobre el que nos hemos parado a pensar es sobre la imagen y la concepción que
se tiene sobre el niño y sobre cómo, en base a esa imagen que se tiene,
así es como se actúa con ellos. También
en la importancia de transformar esa imagen que hay en la sociedad para
considerarlos como ciudadanos en pleno derecho. Considerarlos capaces, con un
potencial a desarrollar, un potencial que se potencia con el entorno. Podéis consultar el artículo de Mª Victoria Alzate Piedrahita, "Concepciones e imágenes de la infancia" para saber a qué me refiero, entre otros.
En base a la concepción que se
tiene del niño, es así como se actúa, y de hecho, la política y el gobierno
actuales nos están dejando bastante claro la imagen que tienen del niño:
invertir menos dinero en educación puesto que tampoco le dan esa importancia.
En fin, pese al panorama que se nos presenta en el mundo laboral para un futuro, seguiremos poniendo ganas, empeño, ilusión, esperanza y profesionalidad.
Pasad buen verano, saludos:
Felisa
Felisa,
ResponderEliminarREFLEXIÓ ... la clau de la competència professional, i tu ja tens ben assolida! Ànims i endavant, gaudeix del present d'aquesta formació, que el futur de la teva carrera professional, serà brillant, sense dubte!
Una abraçada,
Gemma